30 de diciembre de 2009

Lizzie I


Su nombre era Elizabeth, pero le gustaba que la llamaran Lizzie. Sonaba mucho menos serio y algo más agradable. Era tachada de muchas cosas a la primera vista que la gente le echaba, pero a ella no le importaba lo que soltasen aquellas lenguas envenenadas; sabía que en algún momento se la morderían y tendría que tragarse sus mentiras y malintencionadas palabras.
Fuerte y segura. Unos de los aspectos más fuertes de su personalidad. Fría y algo psicótica. Los malos.
¿Pero qué le importaba? Era un alma solitaria que buscaba encerrarse en su propia burbuja y no salir nunca más.
No le gustaban las fiestas. Odiaba el contacto excesivo. Rechazaba cualquier relación.
Su miedo no se lo permitía.
Miedo a que pudiesen hacerle daño; miedo a que rompiesen aquella cáscara en la que se mantenía oculta; miedo a que la gente no pudiese aceptarla como verdadera mente era.

Le gustaba tocar la batería y la guitarra.
También adoraba la toma de fotos y observar a la gente caminar por el parque. Siempre que se dirigía allí, le gustaba sentarse en un banco y mirar a todos lados, inventándose una historia sobre cada peatón. Historias entrelazadas y con algún que otro ingrediente morboso.
Siempre había creído que era diferente. Siempre se lo habían dicho.
Pero nunca, nunca había sabido encontrar ese 'algo'.
¿Por qué?
Porque lo rechazaba todo. Al mundo. A las personas. Y, sobre todo, a sí misma.

Say I don't wanna be in love

2 comentarios:

  1. Pues ojala que Lizzie empiece a quererse un poco mas :)

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  2. Lizzie me recuerda a mi mismo, la batería, mirar a la gente e inventarse historia, la fotografía etc.
    Me gusta, ¡te sigo!

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