29 de enero de 2010

Instead of a Hollywood horror II


Tiró de ella hasta sacarla del local, totalmente abarrotado. La gente se giraba molesta al notar los empujones que Alex iba propinando a todo aquel que se encontrase a su paso.
Ella, sin embargo, se dejaba llevar un poco. Lo seguía observando con el entreceño ligeramente fruncido y con una expresión de asombro que se había convertido en indeleble en su pequeño y fino rostro. Los
grandes ojos se encontraban clavados en su nuca y él podía notarlo, recibiendo como respuesta pequeñas descargas en todo el cuerpo.
Por fin fuera, ella se separó y ando un metro por delante de él, parándo y girándose con gesto molesto. Se abrazaba todo el cuerpo por el
frío envolvente. Pero su mirada lo seguía observando de manera desafiante.
- Elizabeth, deja de mirarme así, por favor. -se llevó las manos a la cabeza, en un gesto nervioso. Ella parecía notar su inquietud y evaluaba cada movimiento que hacía.
Pareció irritarse más aún al escuchar su nombre completo.
- Es
Lizzie -explicó, con una mueca de desagrado-. No 'Elizabeth'.
Él hizo un gesto con los hombros, dándole a entender que no le importaba, que eso era algo sin importancia.
- ¿Por qué me has traído aquí
fuera? -preguntó, con cierto enfasís en la última palabra.
- Pues, si tengo que serte sincero, no lo sé -se acercó unos metros a ella. Intentaba mantenerse tranquilo-. Estabas mirándome con esa cara de horror que no sabía que hacer.
Ella enarcó una ceja y su expresión se relajó un poco con este movimiento, pero tan sólo por unos segundos; enseguida volvió a su mirada fulminadora.
- ¿No me estarás siguiendo? -lo acusó, empuñando las palabras como si de una pistola se tratase-. Puedo
gritar. Corro mucho. Además, también sé un poco de defensa personal.
Alex comenzó a reír, echando la cabeza hacia atrás. Aquella situación absurda era promovida por unos infantiles pensamientos sobre su presencia allí.
- Deberían de darte un premio a la persona más
dramática y psicótica. -bromeó, aún alborotado por aquella, totalmente sorprendente, acusación.
- Pero es que parece que... -comenzó a hablar, acercándose a él y encarando su rostro con el suyo.
- Lizzie monta una escena, acto primero. -le susurró, para hacerle un poco de rabiar.
Le miró de tal forma que sintió escalofríos. Comenzó a andar calle abajo soltando improperios y pequeñas parrafadas sobre los hombres inmaduros que tenía que aguantar en este mundo de
'blablabá'.
- En serio, tranquila -la paró a tiempo, aunque se notaba que seguía enfadada-. No soy ningún psicópata y no te persigo.
Ella pareció aceptar eso como una disculpa y comenzaron a andar de nuevo hacia la discoteca. Él la vio tiritar y le prestó su
chaqueta. Aunque al principio parecía un poco reacia a ponérsela, se la terminó colocando. Era varias tallas mayor que la suya y se quedaba graciosa con ella puesta.
- ¿Qué se supone que somos, Alex? -preguntó, de repente.
- Somos conocidos que se crispan entre ellos y se dejan prendas de ropa cuando hace frío. -contestó, sin estar seguro de las palabras que acababa de decir. Ella pareció aceptar aquella respuesta y el
silencio volvió.

Al llegar a la entrada, se quedaron parados enfrente de la puerta. Cuando Alex se disponía a abrirla, Lizzie tiró de él y lo observó, con aquellos grandes y preciosos ojos suyos. Parecía un poco tímida.
- ¿Podemos quedarnos aquí fuera, por favor? -le preguntó.
El asintió y se sentaron en un banco de madera cercano. Ella parecía feliz y sonrió. Él hizo lo mismo, contagiado por la ternura infantil que la envolvía.
Estuvieron hablando varias horas. Sobre todo y sobre nada. Muchas veces se quedaban observando las estrellas y ella preguntaba su nombre para cerciorarse de que seguía allí.
Fue en esta noche estrellada y despejada cuando Alex se dió cuenta de que Lizzie era
realmente preciosa, y que corría el terrible peligro de enamorarse.

2 comentarios:

  1. Solo hay una palabra para describir este trzo,
    eskizofrenia
    me crispa, me altera, y, ME ENCANTA
    Lizzie es rara e inexplicable
    y son tan adourables
    Les amou e.e
    continua prontito :DDD
    ke se enamoren "que corría el terrible peligro de enamorarse."
    pos claro k si ombreeee (:

    ResponderEliminar
  2. Enamorarse no es un peligro, es una aventura en la que vale la pena adentrarse!
    Un beso:)

    ResponderEliminar